A pesar de que el alcalde, Enrique Moya, anunció su expulsión del equipo de gobierno el pasado martes, el concejal Manuel Crespo, imputado por un presunto delito por malos tratos tras ser denunciado por su mujer, no tiene ningún inconveniente de seguir ejerciendo como concejal junto al primer edil. En la mañana del viernes 11 de junio, Crespo visitó junto a Moya la Feria de la Formación Profesional para el Empleo en la Casa de la Cultura. Sorprende que el alcalde, pocos días después de retirarle a Crespo todas las competencias como concejal del equipo de gobierno y solicitarle por activa y por pasiva que entregase su acta de concejal, consienta que Crespo actúe como si aún fuera concejal de Desarrollo Local, apenas una semana después de su imputación y con un juicio pendiente para el próximo 1 de julio.
Independientemente de que el Club de Buceo del que Crespo es propietario contará con un stand en la Feria de la Formación Profesional, lo cierto es que ejerció durante todo el acto de concejal, y no de empresario, ya que no permaneció en su stand, sino que acompañó a Moya y al delegado provincial de Empleo, Juan Carlos Lomeña, durante toda la visita institucional.
Desde luego, su presencia subraya la incongruencia de la actitud del alcalde ante esta situación. Si en un principio condenó con rotundidad la violencia de género y afirmó ante los medios de comunicación que no le temblaría el pulso a la hora de firmar su expulsión, y posteriormente (presionado por la opinión pública y la dirección provincial del PP) decidió expulsarlo del equipo de gobierno y solicitarle la entrega de su acta de concejal, Moya opta ahora por respaldar públicamente a su concejal imputado por presuntos malos tratos en un acto público. Posiblemente, la negativa de Crespo a abandonar su acta de concejal ha forzado al PP de Benalmádena a tener que mantener este "extraño compañero de cama" político si quiere llevar a buen puerto iniciativas como la inminente aprobación de los presupuestos municipales de 2010.
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