Los servicios operativos del Ayuntamiento de Benalmádena no pueden dar más de si. La nefasta gestión financiera del cuatripartito de Enrique Moya, que ya ha convertido a Benalmádena en el municipio más endeudado de Málaga (más de 1.500 euros de deuda por habitante), ha generado una carencia de materiales que impide a los operarios desarrollar su trabajo con normalidad. Una situación de precariedad que también afecta a otros servicios, como el de la Policía Local y los bomberos.
Patrullas de la Policía Local que no pueden salir por no haber pasado los vehículos la ITV. Lámparas que deben quitarse de una zona para colocarla en otra porque no existe presupuesto para garantizar el funcionamiento de todas las farolas del municipio. Barredoras que no pueden salir a limpiar las calles porque le faltan piezas a los motores, y no hay dinero para adquirir nuevas. Los fontaneros de los servicios operativos deben esperar hasta dos semanas para disponer de liquidez para adquirir herramientas y suministros necesarios para realizar sus labores diarias. Un problema similar padecen tanto carpinteros como bomberos.
Una situación insostenible que obliga a los trabajadores municipales a forzar su ingenio para poder ir cumpliendo las demandas de los vecinos. ¿Ésta es la garantía de la que presume Moya en sus carteles electorales? ¿Éste es el gobierno que venía a solucionar los problemas de los benalmadenses? La gestión caduca de Moya y sus acólitos amenaza con llevar al municipio al colapso.
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