El alcalde de Benalmádena, Enrique Moya, sigue acumulando méritos para convertirse en todo un maestro en el dudoso arte de apropiarse de los éxitos y logros de los demás. Ahora le toca el turno a las obras del Fondo Estatal de Inversión Local (FEIL o Plan Zapatero) del centro de Arroyo de la Miel, que ha decidido inaugurar esta mañana en solitario sin contar con sus verdaderos artífices: la anterior Corporación y el Gobierno Central.
El portavoz del grupo municipal del PSOE de Benalmádena, Javier Carnero, ha denunciado esta mañana la falta de cortesía y talante político del equipo de gobierno de Moya, que no ha realizado ningún tipo de invitación a los partidos de la oposición “para que participáramos en la inauguración de una de las obras más decisivas de la presente legislatura: la remodelación integral de las avenidas de la Constitución y García Lorca”. La falta de cortesía a la hora de cursar la invitación al acto también ha afectado a otras administraciones participantes en el proyecto. “Moya no ha invitado ni siquiera al subdelegado del Gobierno en Málaga, Hilario López Luna, cuando las obras han sido íntegramente financiadas por el Gobierno central a través del Fondo Estatal de Inversión Local (FEIL, o el llamado Plan Zapatero”, acusó el portavoz.
Carnero acusó a la Corporación del PP de realizar un uso partidista de las obras, maquillando la inauguración oficial bajo la excusa del encendido de las fuentes ubicadas en la avenida. “Han querido desplazar totalmente al PSOE del acto para restar el protagonismo que nos corresponde, ya que el proyecto fue realizado y licitado por nosotros durante nuestros dos años al frente del Ayuntamiento”, recordó Carnero. El coordinador del PSOE de Benalmádena lamentó que, aunque el proyecto de remodelación y mejora del centro de Arroyo de la Miel fue elaborado durante su periodo como alcalde, “el resultado final dista mucho de lo esperado, debido a las poco afortunadas modificaciones al proyecto original realizadas por el concejal de Obras, Jesús Fortes, que ha estropeado considerablemente una obra llamada a ser emblemática con aportaciones tan poco afortunadas como los ‘supermaceteros’ o una solería agrietada apenas unos días después de la conclusión de los trabajos. En definitiva, han tirado por la borda una oportunidad única para Benalmádena, derrochando más de 3.500.000 € previstos para esas emblemáticas obras”.
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