Benalmádena vuelve a tener el dudoso honor de situarse en el primer puesto del ranking provincial de ayuntamientos morosos. Lejos de aliviar la alarmante deuda que lastra las arcas municipales, una de los principales motivos con los que el PP argumentó la moción de censura que arrebató la alcaldía a Javier Carnero, la gestión de Enrique Moya ha acabado por arrojar al Consistorio benalmadense a una situación financiera catastrófica, dejando a un buen número de pymes del municipio al borde de la bancarrota como consencuencia del impago de las elevadas deudas.
Con 60 millones de euros, el Ayuntamiento de Benalmádena se convierte en el más moroso de la provincia de Málaga, seguido por el de Fuengirola, con 58 millones de euros, tal y como recogía Diario SUR el pasado viernes 2 de abril. Todo un jarro de agua fría que ayuda a poner en su lugar la gestión de Enrique Moya, que en apenas un año no ha hecho más que aumentar el nivel de endeudamiento del municipio.
Aunque la reforma aprobada recientemente en el Congreso, que fija en 30 días el plazo máximo que tiene un ayuntamiento para abonar el pago de las deudas con proveedores, seguro que ha sido recibida con optimismo por los empresarios locales, ya se ha encargado el edil de Hacienda, Pedro Duarte, de apagar el entusiasmo. "Para este Ayuntamiento, resulta prácticamente imposible hacer frente a las deudas en tan solo 30 días", aseguró a SUR, advirtiendo a los comerciantes que el pago seguirá prolongándose durante meses.
En el mismo artículo, que analizaba en profundidad el endeudamiento de los ayuntamientos de la provincia, no se recogía la situación del Consistorio de Torremolinos porque éste se había negado a facilitar la información. Según los partidos de la oposición, la deuda de Torremolinos podría resultar aún más amplia que la de Benalmádena, con un montante cercano a los 100 millones de euros.
De esta forma, se vuelve a evidenciar la falsedad del tópico que otorga más solvencia al PP en asuntos financieros, ya que los tres ayuntamientos de la provincia que arrastran una deuda mayor cuentan con alcaldes del Partido Popular.
Con 60 millones de euros, el Ayuntamiento de Benalmádena se convierte en el más moroso de la provincia de Málaga, seguido por el de Fuengirola, con 58 millones de euros, tal y como recogía Diario SUR el pasado viernes 2 de abril. Todo un jarro de agua fría que ayuda a poner en su lugar la gestión de Enrique Moya, que en apenas un año no ha hecho más que aumentar el nivel de endeudamiento del municipio.
Aunque la reforma aprobada recientemente en el Congreso, que fija en 30 días el plazo máximo que tiene un ayuntamiento para abonar el pago de las deudas con proveedores, seguro que ha sido recibida con optimismo por los empresarios locales, ya se ha encargado el edil de Hacienda, Pedro Duarte, de apagar el entusiasmo. "Para este Ayuntamiento, resulta prácticamente imposible hacer frente a las deudas en tan solo 30 días", aseguró a SUR, advirtiendo a los comerciantes que el pago seguirá prolongándose durante meses.
En el mismo artículo, que analizaba en profundidad el endeudamiento de los ayuntamientos de la provincia, no se recogía la situación del Consistorio de Torremolinos porque éste se había negado a facilitar la información. Según los partidos de la oposición, la deuda de Torremolinos podría resultar aún más amplia que la de Benalmádena, con un montante cercano a los 100 millones de euros.
De esta forma, se vuelve a evidenciar la falsedad del tópico que otorga más solvencia al PP en asuntos financieros, ya que los tres ayuntamientos de la provincia que arrastran una deuda mayor cuentan con alcaldes del Partido Popular.
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