¿Recuerdan alguna rueda de prensa ofrecida por el concejal de Servicios Operativos, Tomás Márquez? ¿Algún plan de choque para reparar infraestructuras o mobiliario urbano? Probablemente no, porque si hay un edil del cuatripartito de Enrique Moya que haya dado pruebas sobradas de absoluta inoperancia y grave pasotismo, sin duda es Márquez.
Es 'vox populi' que Márquez no pasa por la nave de servicios operativos ni para saludar a los trabajadores. De hecho, ha habilitado una especie de oficina extraoficial como concejal a escasos metros de la droguería que regenta en Arroyo de la Miel. Y es que a Márquez lo que verdaderamente le preocupa es la gestión de su negocio privado. Y no el hecho de que cada vez permanezcan más farolas fundidas en las calles del centro. O que los socavones permanezcan semanas y semanas sin que nadíe parezca preocuparse por ello.
Por no hacer, el concejal ni defiende la necesidad de liberar presupuesto para contratar nuevos trabajadores que permitan iniciar actuaciones extraordinarias o planes intensivos que mejoren el funcionamiento de las infraestructuras y la imagen del municipio. Una condición absolutamente necesaria para poner en marcha planes de choque para mejorar la situación de las infraestructuras y mobiliario urbano. Incluso hace oídos sordos a las constantes reclamaciones de sus trabajadores, que ya se han cansado de solicitar por activa y por pasiva nuevos materiales que permitan, por ejemplo, reponer una bombilla en el momento en que se funde. Pero a Márquez lo que verdaderamente le preocupa es que no se fundan los plomos de su comercio...
Es 'vox populi' que Márquez no pasa por la nave de servicios operativos ni para saludar a los trabajadores. De hecho, ha habilitado una especie de oficina extraoficial como concejal a escasos metros de la droguería que regenta en Arroyo de la Miel. Y es que a Márquez lo que verdaderamente le preocupa es la gestión de su negocio privado. Y no el hecho de que cada vez permanezcan más farolas fundidas en las calles del centro. O que los socavones permanezcan semanas y semanas sin que nadíe parezca preocuparse por ello.
Por no hacer, el concejal ni defiende la necesidad de liberar presupuesto para contratar nuevos trabajadores que permitan iniciar actuaciones extraordinarias o planes intensivos que mejoren el funcionamiento de las infraestructuras y la imagen del municipio. Una condición absolutamente necesaria para poner en marcha planes de choque para mejorar la situación de las infraestructuras y mobiliario urbano. Incluso hace oídos sordos a las constantes reclamaciones de sus trabajadores, que ya se han cansado de solicitar por activa y por pasiva nuevos materiales que permitan, por ejemplo, reponer una bombilla en el momento en que se funde. Pero a Márquez lo que verdaderamente le preocupa es que no se fundan los plomos de su comercio...
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