miércoles, 14 de julio de 2010

Moya, incapaz de acabar con el 'botellón' en Solymar


La eliminación total de la práctica masiva y descontrolada del 'botellón' en los aledaños de Puerto Marina y la plaza Solymar constituye otra de las promesas que realizó Enrique Moya cuando se decidió a encabezar una moción de censura para retirar la Alcaldía de Benalmádena al alcalde socialista, Javier Carnero. Una vez más, dicha promesa ha caído en saco roto. Más de un año después de la llegada del PP al Ayuntamiento, los vecinos de estos enclaves deben seguir soportando las muchas molestias derivadas del consumo de alcohol en plena vía pública: basura hasta en sus propios jardines, orines, ruidos, destrozos del mobiliario urbano y hasta encendidos enfrentamientos con jóvenes conflictivos.
Recientemente, Moya mantuvo una reunión con los residentes de Solymar para intentar enmendar la plana. Los vecinos le comunicaron que el mínimo refuerzo policial durante los fines de semana, única estrategia de Moya para intentar atajar (sin éxito) la conversión del centro de Benalmádena Costa en un 'botellodromo', no basta para disuadir a los jóvenes a concentrarse en las calles aledañas a Solymar para dedicarse a emborracharse. "Ya va siendo hora de que se haga algo más", manifestó durante el encuentro el presidente de la Asociación de Vecinos de Solymar, Francisco Ávila.
Además de solicitar a los vecinos una ampliación de la presencia policial, los vecinos también expresaron al alcalde su descontento por el poco éxito de la zona verde de aparcamiento restringido para residentes, ya que éstas son utilizadas indiscriminadamente por los jóvenes para estacionar sus vehículos, poner la música a todo volumen y convertir cada rincón apartado en un mini discoteca para disfrutar del 'botellón'.

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